Taskiwin: la danza marcial del Alto Atlas Occidental.

Las danzas como el Taskiwin, que hunden sus raíces en la cultura popular, son uno de los medios de expresión más potentes que existen. Transmiten, aportan y enriquecen a la comunidad y a quienes las observan y son un auténtico legado histórico en Marruecos que cuenta con un patrimonio compuesto por numerosas danzas amazighes, cada una con sus propios códigos, tradiciones y costumbres.

En el caso del Taskiwin –la danza propia de las tribus amazighes de la Cordillera del Alto Atlas– aunque ha perdido su carácter marcial sigue siendo capaz de transmitir un legado cultural que se remonta más de doce siglos, pues se calcula que surgió en el siglo X, cuando los almorávides reinaban en Marruecos, según recoge el Inventario General del Patrimonio Cultural Marroquí.

Un baile de orígenes guerreros

El nombre de taskiwin procede del “tisk” o cuerno ornamentado que llevan los bailarines colgados. Suele darse con una veintena de danzantes que se reúnen al anochecer para mostrar a través de gestos marciales valores como la valentía y el heroísmo, pues la danza en si ltiene como orígenes los enfrentamientos entre tribus locales y por ello habla de toma de posiciones, combate, retirada y victoria.

Consta de varios actos, a veces incluso 32 diferentes, que son acompañados cada uno de ellos por una música distinta, según marca el “raïs” o maestro de la danza. Además del sonido de los tambores y las flautas, el baile se hace con el eco de poemas recitados, con versos elegidos según la ocasión.

Acompañados con instrumentos como flautas, panderetas y tambores, los bailarines mueven los hombros rítmicamente. Ellos van vestidos con una túnica y un turbante blanco, y un abrigo de lana que se quitan justo antes de empezar a bailar. Adornan su vestimenta con un cinturón con una gumía (daga) y el cuerno, que suele ser de madera y estar recubierto de metal, colgado del hombro izquierdo.

Cada bailarín lleva colgando entre 50 y 60 hilos de lana pintados de rojo, terminados en una especie de campana que emite un sonido metálico, de manera que el danzante convierte su cuerpo en un instrumento más a medida que mueve los hombros, con movimientos rítmicos que van in crescendo. Y aunque antes era un baile masculino, ahora participan en él las mujeres, que llevan un caftán, un cinturón rojo y una joya de plata en la cabeza.

Danza en peligro de extinción

El Taskiwin fue inscrito en el año 2017 en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO para su salvaguarda. Antiguamente los pasos de este baile iban pasando de padres a hijos, pero en las últimas décadas los jóvenes locales han emigrado o han prestado más atención a los cantantes occidentales que a los aspectos más tradicionales de su cultura. Esta situación, unida a una creciente globalización y el declive de la artesanía de los objetos e instrumentos necesarios para el baile, hizo que llegara a encontrarse en peligro de extinción.

Gracias a la decisión de la UNESCO, que apostó por la declaración de la danza como Patrimonio Cultural Inmaterial con el fin de preservarla e impulsar económicamente a los pueblos de la zona, la situación que parece que ha comenzado a revertirse en los últimos años. Se han creado asociaciones dispuestas a mantener el legado cultural de sus antepasados para que no se pierda y ha crecido considerablemente el número de jóvenes de las poblaciones locales que se muestran interesados en continuar con la tradición.

Simbología del Taskiwin

Como hemos dicho la danza del Taskiwin comenzó siendo un baile marcial intimidatorio, para derivar en una danza de reconciliación entre tribus locales. Después se introdujo como animación de momentos festivos como a la hora de sellar las alianzas matrimoniales.

Hoy en día, el Taskiwin ha evolucionado hasta convertirse en una muestra cultural que intenta transmitir la cohesión de la tribu. Nos viene a decir que, lejos de individualismos, lo más importante es la unión del grupo, la hermandad entre los diferentes miembros que lo componen. Una invitación a la renuncia de los egocentrismos y a mirar por el bien grupal y la continuidad de la tribu.

Conscientes de la importancia del desarrollo de los pueblos del Alto Atlas, la UNESCO ha querido impulsar la cultura local de estos pueblos rebosantes de valles y terrazas, dedicados tradicionalmente a la cría de animales y a la agricultura de subsistencia, preservando la danza como Patrimonio Cultural Inmortal. Un título al que no se dudó en añadir la coletilla “que requiere medidas urgentes de salvaguardia”.

Festival Taskiwin

“Las ganas de bailar surgen cuando el estómago está lleno”, dice un proverbio marroquí. Este es uno de los motivos por el que el Gobierno se ha unido al plan de acción para salvaguardar la danza creando el Festival Taskiwin, que bajo el lema “Taskiwin: patrimonio cultural y civilización majestuosa” se celebra en el mes de agosto en Taroudant, una ciudad al este de Agadir.  El Ministerio de Cultura organizó la primera edición del festival Taskiwin en Taroudant en octubre de 2021, inscribió varios grupos de danza, documentó habilidades relacionadas con la danza como la fabricación de tiskt, el equipamiento del vestuario y la música de instrumentos y organizó reuniones en beneficio de jóvenes estudiantes.

El Festival recoge las espectaculares danzas, exposiciones de vestuario e instrumentos musicales tradicionales, conferencias de expertos en el folclore marroquí y actos de homenaje a los artistas que día a día luchan por mantener el legado histórico cultural de Marruecos.

El Taskiwin, la danza marcial del Alto Atlas, ha sobrevivido al paso de los siglos y aunque en algún momento pareció que iba a perderse, con el reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO ha conseguido renacer de sus cenizas. Hoy tiene la oportunidad de mostrar al mundo que si hay algo que merece la pena que no caiga en el olvido son las propias raíces.

https://www.youtube.com/watch?v=jH2ahNFcAjY

https://www.youtube.com/watch?v=b_WeZNvrGf0

Imagenes: UNESCO

Fuentes: Siente Marruecos y UNESCO

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